David Narváez
En la declaración hecha por Hugo Chávez ante la asamblea nacional de Venezuela, el pasado 11 de Enero, expresó claramente sus intenciones belicistas, al mismo tiempo que exaltó su relación con las guerrillas colombianas, que antes había negado rotundamente. Esta declaración, maquillada posteriormente con ideas “pacifistas”, es un discurso grotesco. Ni más ni menos, es una declaración de guerra hacia el estado y la sociedad de Colombia. En ella, el mandatario expuso, emocionado, que su propio proyecto político, sus propias fuerzas armadas a las que les ha anexado el mote de “bolivarianas”, respaldarán de manera abierta a organizaciones terroristas que operan en un país vecino. Dijo además que su causa política en el mundo sería en adelante la de otorgarle respetabilidad y derechos a estos grupos delincuenciales. Esta fue la verdadera dimensión de sus palabras. La asamblea lo aplaudió de pie. Así, el “bravo pueblo” de Venezuela decae y sufre bajo la dirección de una clase dirigente asnal y corrupta, que de manera inaudita le abre las puertas a un conflicto internacional de consecuencias imprevisibles.
Texto completo em: La Historia Paralela
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